Los cristiano kenianos están enfrentando una nueva ola de violencia, por tal amenaza algunos han comenzado a pensar de forma diferente. Desde que ocurrió el ataque al centro comercial en la capital, Nairobi, los pastores kenianos han vivido un clima de tensión.
Sólo el mes pasado, dos pastores de la región de Mombasa fueron asesinados en sus iglesias.
El día 20, el pastor Charles Mathole de la Iglesia Evangélica de los Redimidos, fue encontrado muerto de rodillas con la Biblia en la mano. Al día siguiente fue encontrado muerto el pastor Ebrahim Kidata, de la Iglesia Pentecostal de África Oriental.
Preocupado por los ataques contra sus templos y congregaciones, algunos pastores están pidiendo rifles para protegerse de los extremistas islámicos. Los líderes cristianos dicen que estos ataques están promoviendo el odio ejecutado por organizaciones terroristas como al-Shabab, que ha atraído a más y más jóvenes musulmanes en Kenia.
“La mayoría de nuestras iglesias no tienen protección. No hay paredes o puertas. El gobierno debe enviar AK-47 para cada iglesia. Así podemos evitar que nuestras iglesias sean quemadas, nuestras casas saqueadas y los cristianos asesinados”, propuso el pastor Lambert Mbela, durante un funeral en Mathole.
Tres semanas antes de la última matanza, jóvenes musulmanes incendiaron una iglesia del Ejército de Salvación en el área de Mombasa.
Algunos líderes influyentes dicen que la solicitud de rifles refleja una creciente frustración con la inseguridad, pero la mayoría sostiene que la medida va en contra de las enseñanzas bíblicas tradicionales.
Sin embargo, esta iniciativa de combatir violencia con violencia podría poner a las iglesias en un riesgo aún mayor.
“No creo que armando a los cristianos kenianos les garantizaremos seguridad”, dijo el pastor Peter Karanja, secretario general del Consejo Nacional de Iglesias de Kenia. “Sin embargo, el gobierno debería ver esto como una advertencia. Los kenianos se están cansando de esta inseguridad constante”.
Karanja, instó al gobierno para que disponga personal suficiente y recursos suficientes para mejorar la seguridad de las iglesias, oficinas y residencias en la región. “No estoy de acuerdo que todos pastores deban tener un rifle para sentirse seguros”, dijo.
No sólo son los evangélicos que tienen miedo. Wilybard Lagho, arzobispo de la archidiócesis católica de Mombasa pidió un fortalecimiento del diálogo inter-religioso. Él dice que la petición de armas para el gobierno es una “solución superficial a un problema complejo”.
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